Escribir y usar palabras adecuadas para que un mensaje sea claro es fundamental en la comunicación. Sin embargo, entregar este mensaje con errores ortográficos hace que dicho mensaje se interrumpa, y lo que es peor, se crea una mala impresión.
Si por ejemplo, deseas conseguir trabajo, o avanzar hacia uno mejor, un perfil profesional con errores ortográficos hablará mucho por ti, demostrará que eres una persona desordenada, que no se esfuerza y que no es meticuloso en las labores que debe realizar. Al escribir dos o tres palabras de manera equivocada, tu mensaje puede cambiar mucho la percepción y opinión de quien lo recibe.
Por el contrario, presentar una hoja de vida con una ortografía limpia, demuestra que eres una persona organizada, detallista, y que se toma con seriedad las labores asignadas; esto ya te convierte en un elemento de valor al que se debe tener en cuenta.
Parte de nuestra fortaleza como seres humanos es saber reconocer nuestras debilidades, por lo tanto, si somos conscientes que tenemos fallas ortográficas debemos actuar en consecuencia, sobre todo si queremos triunfar en el ambiente corporativo.
Esta habilidad deja expuestos a todos los que no dominan este arte. La ortografía dice mucho de ti, tanto en el aspecto personal como profesional. Evita que la ortografía te haga destacar de manera errónea y le reste credibilidad a tu trabajo.
Diariamente establecemos comunicación constante con clientes, otras empresas y compañeros de trabajo para cualquier tipo de mensaje. Con los avances de la tecnología, el uso frecuente del email y la redacción constante de textos con diversos objetivos, la buena ortografía se ha convertido en un factor muy importante para crear un buen texto.
Ahora, haciendo énfasis en el significado del enunciado de esta publicación ‘’LO QUE LA ORTOGRAFÍA DICE DE TI Y TU ENTORNO LABORAL’’, podríamos modificarlo a ‘’LO QUE DESEO QUE LA ORTOGRAFÍA DIGA DE MI’’.
Yo, particularmente lo que deseo es:
- Dar una imagen profesional: Al emplear las palabras correctas en el ámbito que nos estamos relacionando y referirnos siempre con educación a nuestros destinatarios, denotaremos profesionalismos en los textos que realicemos. Si a este elemento lo acompañamos de una buena ortografía, comunicaremos que, quien escribe de forma ordenada, es una persona auténtica, seria y confiable.
- Mostrar el trato que doy a los demás: Hacer la buena redacción de un correo, minuta, o un memo, demostramos la importancia que le damos a nuestro interlocutor. Aunque sea un mensaje corto, debemos procurar que quien nos lea perciba que nos comunicamos correctamente porque le valoramos.
- Comunicar que soy una persona ordenada: La forma en que escribimos da muestras de la forma en que vivimos, de acuerdo a nuestra ortografía y redacción, las demás persona sabrán si tenemos ideas claras, o si somos confusos y dispersos.
- Ser un ejemplo para los demás: Por último pero no menos importante, el escribir de manera correcta es una forma de dar el ejemplo para el resto de los colaboradores, y de preservar nuestro idioma. La buena ortografía es imprescindible en todos los niveles de la organización y es una habilidad de comunicación que abre muchas puertas.
Personalmente, me gusta la ortografía y me esfuerzo por escribir bien, porque entiendo que es importante, lo importante siempre será que un texto cumpla su función de transmitir el mensaje. Y por lo mismo entiendo que un texto en un medio informativo debe estar bien escrito, porque de otra forma pierde seriedad, lo que le puede incluso restar credibilidad. Y el texto de una novela, cuando presenta un error, nos puede sacar de la historia y boicotear por completo nuestra experiencia emotiva.
En un mundo tan tecnológico, donde hoy en día realizamos gran parte de nuestro trabajo tecleado a toda velocidad en nuestros pequeños dispositivos, con la presión de responder cada vez más rápido los chats y correos, evidentemente, eso incrementa la posibilidad de cometer errores o, peor aún, que el autocorrector coloque una palabra equivocada, estoy seguro que eso nos ha pasado a todos.
Si bien, estos errores a veces pueden parecer inofensivos o, hasta graciosos, muchos no lo son. Estos pequeños errores no solo tienen el poder de hacernos ver menos inteligentes de lo que somos: una mala escritura también puede crear confusión, poca claridad y falta de coherencia.
En casos extremos esto puede provocar la pérdida de una licitación millonaria, oportunidades de trabajo; Estas fallas tienen el potencial de destruir las relaciones con los clientes o arruinar la posibilidad de encontrar el amor en línea.
Lo preocupante es precisamente que a muchas personas, el tener o no una buena ortografía les ha dejado de preocupar, valga la redundancia; entonces me pregunto: ¿Ya nos acostumbramos a escribir mal?
Simon Horobin profesor de inglés y literatura en la Universidad de Oxford dice: ‘’Es mejor parecer un poco quisquilloso y anticuado, que tratar de parecer más relajado y terminar molestando a todo el mundo por todos los errores básicos que cometiste’’
Según Roslyn Petelin, profesora de escritura en la Universidad de Queensland, en Australia, las corporaciones son conscientes de que una parte de su imagen se basa en la buena ortografía.
“Puede que los candidatos jóvenes que salen de la universidad tengan todas las herramientas interpersonales, pero si no pueden escribir de manera coherente las empresas no les darán el trabajo“, señala Petelin.
“Sería un error decirles a los jóvenes que la ortografía no es importante en una profesión en particular, porque esas habilidades básicas son las verdaderas vías para llegar a otros cargos o desarrollar nuevas habilidades’’, explica Pippa Morgan, jefe del área educativa de CBI.
Ahora, hay ciertas situaciones en donde las ‘’faltas’’ de ortografía o las abreviaciones están permitidas, incluso, hay momentos donde el lenguaje informal es requerido; por ejemplo: Si te diriges a un joven que tiene sólo 21 años, que cuenta con un alto cargo como gerente, o vicepresidente y tu primera línea es ‘’Querido Sr. Jones’’ y continuas con un tono formal, puede que termines en aprietos.
Siempre debemos actuar con lógica y en base al contexto que nos encontremos.
Ya sabes, no es lo mismo decir ‘’vamos a comer niños’’, a decir ‘’vamos a comer, niños’’
- Nicolás González